La Python Software Foundation (PSF) es la organización que financia el desarrollo central, mantiene el repositorio PyPI y coordina la comunidad. Sin embargo, sus últimos informes financieros muestran pérdidas millonarias y la necesidad de suspender programas de apoyo. En 2024, incluso tuvieron que pedir ayuda a empresas para poder organizar PyCon, la conferencia más importante del ecosistema. Que la institución responsable de la infraestructura del lenguaje esté al borde de la insolvencia genera un comprensible nerviosismo.
Buena parte del ecosistema de Python se mantiene gracias a trabajo voluntario y donaciones. Librerías críticas dependen de una o dos personas, lo que deja a la comunidad vulnerable al desgaste o abandono de esos mantenedores. La fragilidad financiera de la PSF es solo la punta del iceberg: la sostenibilidad a largo plazo está en juego.