Uno de los cambios más importantes en los últimos años ha sido la posibilidad de realizar trabajo remoto. La pandemia de COVID-19 aceleró esta tendencia, y hoy en día, el sector tecnológico es uno de los que cuenta con la mayor cantidad de empleados trabajando de manera virtual. Por ejemplo, trabajar con colaboradores en distintas ciudades y regiones del país, antes hubiera sido un desafío logístico. Ahora, la geografía ya no es una limitación para encontrar talento.
Este cambio ha tenido un impacto positivo en la disponibilidad de programadores, ya que las empresas ya no necesitan limitarse a contratar personal en las grandes ciudades. Esto ha ampliado significativamente el número de personas que pueden trabajar en el sector, generando más oportunidades laborales en áreas que históricamente no habían tenido acceso a este tipo de empleos. La tecnología y la posibilidad de trabajar de forma remota han derribado barreras geográficas, permitiendo que los programadores puedan trabajar desde cualquier lugar del mundo.
Por supuesto, el trabajo remoto también trae aparejado el desafío de encontrar nuevos caminos para potenciar el contacto humano, antes logrado por el café o el almuerzo juntos, que permite generar equipos cohesionados con la mirada en alcanzar objetivos comunes.