Si bien los ingenieros de software siguen siendo perfiles altamente demandados, Altman prevé que esta realidad no se mantendrá indefinidamente. A medida que la IA mejore sus capacidades, automatizará cada vez más tareas que hoy son realizadas por humanos. Este proceso no ocurrirá de manera abrupta, pero sí de forma constante y acelerada con el tiempo.

El ejecutivo ha subrayado que la transición hacia una programación más automatizada comenzará con pequeñas tareas específicas, hasta llegar a un punto en el que las aplicaciones basadas en IA podrán desarrollar software de manera autónoma.

En ese escenario, los programadores tradicionales podrían ver reducidas sus oportunidades laborales, mientras que aquellos que comprendan y aprovechen la IA tendrán una ventaja competitiva.

El debate sobre el impacto de la IA en la programación no es nuevo, pero Altman ha enfatizado que la tecnología está avanzando más rápido de lo que muchos imaginan. Respecto a qué falta para que estas herramientas sean capaces de reemplazar gran parte del trabajo humano en el sector, ha sido certero al indicar: “Solo necesitamos un poco más de tiempo”.

Aunque los lenguajes de programación actuales siguen siendo esenciales, el futuro del desarrollo de software dependerá menos del dominio de una sintaxis específica y más de la capacidad para integrar la IA en los procesos de trabajo. En lugar de ver este cambio como una amenaza, Altman lo plantea como una oportunidad para quienes estén dispuestos a evolucionar con la tecnología.