El mundo depende del lenguaje COBOL y casi no hay desarrolladores que lo conozcan. IBM decía tener la solución, pero no

En el año 1959 el Departamento de Defensa de Estados Unidos junto con fabricantes tecnológicos de la época, crearon un lenguaje de programación, llamado COBOL (Common Business Oriented Language) y conocido por su complejidad y por su falta de flexibilidad para adaptarse a otros, como se ha ido viendo con el paso del tiempo.

IBM se había propuesto conseguir por fin jubilarlo en algún momento pronto, ya que edad para ello la tiene. En verano del año 2023, TechCrunch hizo público que IBM había anunciado Code Assistant for IBM Z, una plataforma que usa un modelo de IA generativa capaz de traducir COBOL para convertirlo en código Java.

Se esperaba que estuviera disponible en el cuarto trimestre de 2023, siendo, por fin, una opción prometedora a la hora de reemplazar proyectos veteranos que están basados en COBOL para adaptarlos a los nuevos  tiempos. Pero cundo el pasado año estaba acabando todo el plan seguía presentándose como complicado.

IBM lleva tiempo trabajando en una plataforma de inteligencia artificial llamada watsonx que, en teoría, permite convertir el código COBOL en código en lenguajes más modernos y conocidos por más profesionales en programación, como es el caso del lenguaje Java, para que los desarrolladores puedan trabajar directamente con el resultado tal y como recogía Xataka.

Sin embargo, el responsable del proyecto, Keri Olson, declaraba en diciembre del pasado año a PCMag que aunque watsonx “ayuda [a los clientes] a refactorizar sus aplicaciones”, y usa la inteligencia artificial para ello, sigue necesitando de la asistencia del desarrollador. El problema, como bien titulaba ese mismo artículo es que “el mundo depende de un código de hace 60 años que ya nadie conoce”.

Skyla Loomis, vicepresidenta de IBM Z Software afirmaba que watsonx puede generar el 80 o el 90% de lo que necesitan para el resultado final, pero seguiría siendo necesario que un profesional realizase “un par de cambios”, ya que la propuesta de la empresa tecnológica “es una mejora para la productividad pero no un sustituto del desarrollador” (como vemos que sucede en general con las inteligencias artificiales y su uso en el sector).