Es uno de los lenguajes de programación más antiguos y, a la vez, de los más utilizados en la actualidad. C, y su extensión C++, se usan para el desarrollo de sistemas operativos, controladores de dispositivos, software de tiempo real y otras aplicaciones donde el control directo sobre el hardware y la eficiencia son fundamentales. En campos como la informática de alto rendimiento y la programación de sistemas embebidos, es una elección habitual.

C++ agrega características de programación orientada a objetos a C. Ambos son compatibles y se pueden combinar sus códigos en un mismo programa, lo que permite a los programadores aprovechar el vasto conjunto de bibliotecas escritas en C y, al mismo tiempo, utilizar las características adicionales de C++ cuando sea necesario. Es un lenguaje versátil con algunas características diferenciales:

  • Código altamente portátil. Se puede compilar y ejecutar en diferentes sistemas y arquitecturas con mínimas modificaciones.
  • Eficiencia en términos de uso de recursos de hardware. Esto lo hace adecuado para aplicaciones donde el rendimiento y la gestión de memoria son críticos.
  • Versatilidad. Buena elección en el desarrollo de sistemas embebidos, como dispositivos de internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés), microcontroladores y sistemas integrados, debido a su capacidad para funcionar en entornos con recursos limitados.
  • Alto nivel de flexibilidad y control. Gracias a él, los programadores pueden implementar algoritmos y estructuras de datos de manera personalizada.

Aunque todavía se encuentra en fase experimental, C++ ya tiene un rival directo. Carbon es un lenguaje de programación de propósito general anunciado por Google en 2022 que pretende dar un giro a la experiencia del desarrollador a través del modelo de memoria y la seguridad.